El director de Delicatessen y Alien 4 abandona las historias pesadillescas para contar la vida de Amélie, una camarera solitaria con un gran mundo interior que la lleva a proceder siempre en favor de los otros.
Fábula sobre el amor y la posibilidad de hacer el bien, el film construye un mundo positivo y placentero, en el marco de una París dorada e idílica que los directores franceses y el cine en general habían abandonado hace muchos años.
El público francés convirtió rápidamente a Amelie en una causa nacional, batiendo records de taquilla con el apoyo incondicional de casi toda la crítica. El suceso atravesó también las fronteras de ese país y la película fue un éxito prácticamente en todas las ciudades donde se estrenó. En los Estados Unidos, obtuvo 20 millones de dólares en las boleterías y pasó a ser la película francesa más taquillera hasta ese entonces. Al mismo tiempo, obtuvo cinco nominaciones al Oscar en categorías de importancia
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